ÁRBOL, HIJO, LIBRO….

Tomé la semilla entre mis manos.
Fue tan fácil plantarla, lo recuerdo,
que con solo presionar el blando suelo
con la silente yema de mis dedos,
se acurrucó desnuda la semilla,
en el regazo oscuro de la tierra,
a esperar las lluvias de ese enero.
Y vinieron las lluvias,e inventando conciertos
sobre el techo de chapa por las noches,
disfruté del amor sobre mi lecho.
Del fruto de ese amor, nació algo bello.
La semilla creció y se hizo árbol.
Lo bello del amor también creciendo,
se ha hecho hijo maduro y ya es tiempo
de escribir ese libro que a mis años,
te avisa que la vida, es un momento.

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